miércoles, 24 de agosto de 2016

9. MI CONFIRMACIÓN


SÁBADO 14 de Mayo. Víigilia de Pentecostés.
¡Se ha cumplido! Que maravilloso es sentir el Espíritu Santo acudir sobre mi. El Espíritu Santo me llenó. Puedo dar fe que lo sentí en mi. ¡Gloria a Dios!
Se ha cumplido para mi asombro casi al pie de la letra algo de lo escrito en los Hechos de los apóstoles cuando narra la experiencia del día de Pentecostés.
Después de haber recibido el sacramento de la confirmación, y debido a mi estado de ánimo y a mi forma de exteriorizarlo, llegué a provocar en mi madre la siguiente expresión que me dijo varias veces durante la noche:
-Hijo, ¿seguro que no has tomado algo antes de la Misa? – Que no mamá que esto es por causa del Espíritu Santo que acabo de recibir, le explicaba yo.
Yo entonces no me di cuenta, pero al despertar por la mañana el domingo, lo primero que me vino a la memoria fueron la siguiente Palabra de Dios:

1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. 2 De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. 3 Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; 4 quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.
Todos estaban hablando las maravillas de Dios según a lengua que el Espíritu le concedía, y la reacción de la gente allí congregada fue esta:
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12 Todos estaban estupefactos y perplejos y se decían unos a otros: "¿Qué significa esto?" 13 Otros en cambio decían riéndose: "¡Están llenos de mosto!"
¿No me dijo mi madre también, ¿hijo no has tomado algo?. Entonces lo he visto claramente. ¿Qué ha pasado? ¿Qué han visto en mi para insinuar si mi expresión diferente se deba o no al mosto? Es el mismo Espíritu Santo de Pentecostés. Sin duda.
Y dijo después el apóstol Pedro, a modo de explicación a la gente que contemplaba esto:
14 Entonces Pedro, presentándose con los Once, levantó su voz y les dijo: "Judíos y habitantes todos de Jerusalén: Que os quede esto bien claro y prestad atención a mis palabras: 15 No están éstos borrachos, como vosotros suponéis, pues es la hora tercia del día, 16 sino que es lo que dijo el profeta: 17 = Sucederá = en los últimos días, dice Dios: = Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, = y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños. = 18 = Y yo sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu. =
Mi Confirmación ha llegado. La plenitud del Espíritu Santo ha descendido sobre mi, pero esto no ha terminado. Acabo de empezar de nuevo. Ya estaba trabajando, pero ahora es momento de sacar todo el provecho que pueda al carisma que Dios ha puesto en mi. A dar frutos espirituales utilizando los dones del Espíritu Santo que Dios ha tenido la bondad de concederme. ¡Si!, porqué yo no los merezco por haber sido perseguidor de la Iglesia de Jesucristo, y el me ha perdonado todo mostrándome que su amor es infinito, ha dado luz donde había oscuridad, ha dado seguridad en donde había siempre confusión, me ha acercado a Jesucristo, Verdad y Camino que llevan a la vida, me ha convencido del pecado de la división, del daño que hace la falta de amor verdadero por todos los hombres, me ha convencido de que sólo la Paz verdadera te llevan hasta Dios, me ha convencido de que necesitamos Santidad en nuestras vidas, y que es imposible entrar por otro camino que no sea ese, y Jesucristo te lo muestra si tu voluntariamente aceptas su invitación de seguirle. Gracias, Gracias, Gracias. Escribo tres veces y en mayúscula en honor a la Santísima Trinidad.
Hago mías las palabras de San Pablo a Timoteo, y trataré de no olvidarlas jamás:
5 Pues evoco el recuerdo de la fe sincera que tú tienes, fe que arraigó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y sé que también ha arraigado en ti.
6 Por esto te recomiendo que reavives el carisma de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. 7 Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza. 8 No te avergüences, pues, ni del testimonio que has de dar de nuestro Señor, ni de mí, su prisionero; sino, al contrario, soporta conmigo los sufrimientos por el Evangelio, ayudado por la fuerza de Dios, 9 que nos ha salvado y nos ha llamado con una vocación santa, no por nuestras
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obras, sino por su propia determinación y por su gracia que nos dio desde toda la eternidad en Cristo Jesús, 10 y que se ha manifestado ahora con la Manifestación de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar vida e inmortalidad por medio del Evangelio 11 para cuyo servicio he sido yo constituido heraldo, apóstol y maestro. 12 Por este motivo estoy soportando estos sufrimientos; pero no me avergüenzo, porque yo sé bien en quién tengo puesta mi fe, y estoy convencido de que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel Día. 13 Ten por norma las palabras sanas que oíste de mí en la fe y en la caridad de Cristo Jesús. 14 Conserva el buen depósito mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros.


Esta es la carta de agradecimiento que escribí después
viernes, 13 de mayo de 2005

Querido Padre y hermano:
Déjeme decirle por favor, que le estoy muy agradecido al Señor y a usted especialmente por sus palabras en la charla de la confirmación. Me entusiasmó oírle hablar con tal convicción y fe. Ojalá todos los que estaban allí hayan entendido lo maravilloso del momento de nuestro Pentecostés.
Quiero decirle que estoy en cierto modo emocionado ante mi próxima confirmación, que soy plenamente consciente de los dones de Dios que se derraman por este sacramento y que tengo fe en que el Señor me llene con su Espíritu Santo para poder ser mejor cristiano cada día.
Quiero decirle que soy plenamente consciente que mi vida sin el Señor no tiene sentido, y por eso me esfuerzo cada día en poder servirle con humildad y cada día con un poco mas de entrega, poco a poco, creciendo en santidad y conocimiento.
Le doy gracias a Dios por TODO lo que ocurre en mi vida siempre, y quería compartir con usted mi alegría, que el mundo no puede entender, pero se que usted si lo hará.
En Cristo,
Francisco Javier

lunes, 22 de agosto de 2016

8. CONVERSACIONES CON MI PÁRROCO


miércoles, 27 de abril de 2005
D. Atanasio me dijo esta mañana que el se ha dado cuenta de que a mi lo único que mi importa es la verdad y que confía mucho en mi. Mientras, hay otros que por contentar a unos y a otros pues no siempre están en la verdad. Me ha puesto como ejemplo a San Agustín, el cual fue un ferviente buscador de la verdad y hoy es quizás el mas ilustre de la Iglesia.
¿Evolución? El hombre viene del mono. La cosa no está clara. Se puede admitir como hipótesis. Si alguno quiere pensar que Dios infundió el alma a alguien con apariencia mas parecida al primate que al hombre actual, puede creerlo, aunque si alguien no lo cree es también aceptado. Hay cosas en los que la ciencia hasta se contradice, y ni ellos están totalmente seguros. Realmente este asunto no es importante. Lo importante es saber que somos hijos de Dios, que el es nuestro Padre, que nos ama y que nos ha dado la vida.
Homosexuales que dicen ser creyentes pero no admiten la enseñanza de la Iglesia: La Iglesia tiene autoridad para interpretar las escrituras, y debemos acoger la interpretación de la Iglesia como verdadera. Hay que tratarlos siempre con amor y fraternidad.


martes, 19 de abril de 2005
D.Atanasio me dijo que a veces cuando tenemos pensamientos malos de cosas que enseguida reconocemos como si fueran extrañas a nosotros, eso son tentaciones, como las que tuvo el Señor en el desierto. El diablo nos tienta con los pensamientos para que pequemos. Si no obedecemos al pensamiento no hay pecado.
Para que haya pecado mortal tienen que pasar 3 cosas: que haya pleno consentimiento (se que está mal y aún así lo hago), que haya pleno conocimiento (se que eso es pecado mortal), que la materia sea grave (no es lo mismo robar 1 centimo que 1 millón).
D. Atanasio me dijo que “tengo corazón de apóstol” puesto que el nota que me preocupo mucho por la maldad del mundo y sus consecuencias y tengo sensibilidad para esto.

El bautismo católico se recibe no sólo por la fe de los padres para el hijo, sino por la fe de toda la Iglesia.
Muchas personas no entienden las cosas de Dios ni aunque se las expliquen. No les entra. Y no sabemos porque pasa esto. Lo mismo ocurría en el tiempo de Jesús cuando el explicaba que iba a morir y resucitar y casi nadie le entendía.
Cuando pequemos, acordémonos también de que Cristo tenía 12 apóstoles sentados a la mesa, y uno de ellos le traicionó, y otros como Pedro, le negaron hasta tres veces. Somos pecadores todos en la Iglesia.
Los tiempos actuales son de una maldad suprema.
Hoy existen muchos medios que llevan a la gente al mal, pero el mismo medio puede ser utilizado para el bien. Por ejemplo: Internet.

domingo, 21 de agosto de 2016

7. UN REGALO EN «LA ESPERANZA»


Esta historia comienza mucho tiempo antes del regreso a la Iglesia. Una fría noche de Jueves Santo del año 1997. Yo acababa de conocer a la que es mi mujer, y estábamos viviendo nuestra primera Semana Santa juntos.
Nos dirigimos hacia calle Carreteria intentando ir a la busca de la cofradía de Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza, pero nos encontramos el trono del Cristo justo delante de la tribuna de los pobres. Nos metimos entre la multitud y nos colocamos muy cerca de los várales del trono, y de repente, vemos que el trono se gira hacia donde estamos nosotros, y que la imagen de Jesús comienza a hacer el signo de la bendición justo hacia donde estábamos nosotros y otros muchos. Nos llamó mucho la atención esto, porque no lo esperábamos. Sabemos perfectamente que la mano la mueve un artilugio mecánico y que un hombre pulsa un botón, pero fue algo muy simbólico para nosotros, porque la providencia quiso que aquella noche estuviéramos nosotros justamente allí.
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Tiempo después siempre comentábamos cuando veíamos las bendiciones del Señor en nuestra vida, si aquel gesto acompañado de nuestra fe en El, nos estaría bendiciendo de alguna manera especial. El tiempo pasó y comenzamos a apartarnos de la Iglesia Católica, hasta convertirnos en casi protestantes. Digo casi, porque algo hubo siempre que nos mantuvo unidos a la Iglesia en la que fuimos hechos hijos de Dios. Un hilo fino que aguantó sostenido por voluntad de Dios.
Hace aproximadamente 8 meses que regresamos a la Iglesia, y el Señor nos está permitiendo ir redescubriendo nuestra fe y las grandes cosas que nos tenía guardadas en la Iglesia, pero lo que ocurrió hoy, sólo puedo atribuírselo a la mano de nuestro Señor, el cual nunca nos ha abandonado.
Todo empezó la noche anterior, en la que vimos una película sobre la historia de las apariciones de la Virgen en Lourdes, que nos hicieron comprender un montón de cosas que yo no entendía acerca de la Virgen María y el papel de los santos en el cielo, y pude aprender las razones para responder a los hermanos protestantes que no entienden esto.
La mañana siguiente pensé en que fuéramos a misa en la Iglesia de Santo Domingo, pero estando allí, antes de comenzar sentí que debíamos marcharnos. Eso lo llamo yo, “la voz del Espíritu”.
Le dije a mi mujer: - vamos a la Iglesia del Carmen que está cerca.
Pero para ir allí pasamos por delante de la Basílica del Dulce Nombre de Jesús y Mª Stma. de la Esperanza, y mi mujer me dijo que entráramos. Ahora era el Espíritu quién le hablaba a ella. No me apetecía mucho, porque antes no me gustaba mucho ese sitio por razones que no comentaré. Sólo digo, que estaba juzgando mal.
Nos sentamos entre la gente, y de repente se nos acercó una mujer que nos dijo que si queríamos llevar nosotros las ofrendas. Yo me quedé perplejo, porque no sabía lo que me estaba diciendo. Creía que se refería al cesto de la colecta, pero mi mujer me dijo que llevar las ofrendas es llevar el pan y el vino al sacerdote, no se si está bien dicho así.
De repente un escalofrío recorrió por mi cuerpo. No entendía nada. ¿Porqué nosotros? –pensaba yo. Estaba aterrorizado. No sabía que debía hacer. Yo casi nunca vi antes de hacer esto, y cuando lo vi a lo mejor ni presté atención. Sólo pensaba que se habían equivocado, que nosotros no podríamos hacer tal cosa. Yo soy todavía algo ignorante acerca de muchas cosas de la liturgia, y enseguida me acordé de la muchacha a la que se le apareció la Virgen en Lourdes, que al principio no sabía que era la Virgen siquiera. Sin saber ni en que copa está el vino ni en cual el pan También me acordé de cuando la misma imagen de Jesús que tenía ahora enfrente, hizo el gesto de la bendición en aquella Semana Santa. También me acordé de que unos días antes había decidido no ir a una convivencia con el grupo de catequesis, y si en mi había alguna duda de si tomé la decisión correcta, quedó disipada.
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Este domingo teníamos que estar allí, porque al ser elegidos para presentar las ofrendas por primera vez en mi vida, para mi ese acto fue muy grandioso e importante, y me sentí muy fortalecido en mi fe. No se explicarlo mejor. Fue como una confirmación en la que el Señor después de estos ocho meses desde nuestro regreso, nos diera su aprobación y nuevamente su bienvenida a su casa, y su ánimo para seguir adelante por este camino que hemos elegido.


sábado, 20 de agosto de 2016

6. CELEBRACIONES


El jueves santo por la mañana asistimos por primera vez a la celebración comunitaria de la Penitencia. Fue en la S. I. Catedral. La celebración de este sacramento consiste en un acto muy parecido al de la misa, pero hacia el final los sacerdotes (muchos), se colocan en sus lugares y los fieles acuden a confesar sus pecados. La sensación durante la mañana fue buena. Yo no había hecho esto nunca, y menos en la Catedral. Ana Mª se fue por un lado y yo por otro, como es tan grande el lugar, y busqué a uno de los sacerdotes, y mi sorpresa fue ver cola para confesar. Con un poco de nerviosismo por la experiencia, hice un breve examen de conciencia de lo que yo consideraba que era confesable en aquella mañana, y cuando me tocó el turno, me acerqué a un hombre anciano, el cual me esperaba sentado en una silla. En ningún momento me miró a la cara, sino que me acercaba el oído para escuchar mi confesión. Dije mis pecados, y a continuación me dio algún breve consejo y me puso la penitencia, la cual consistía en rezar un rosario a la Virgen. Otra novedad, ya que nunca antes he rezado el rosario completo, y menos en mi casa. Tuve que preguntarle a Ana Mª que como era eso, ya que no sabía muy bien. En cuanto llegué a mi casa, me encerré en mi habitación y me dispuse a rezar. Debo decir que la experiencia fue positiva y resulta sorprendente yo que tantas veces critiqué a los que rezaban el rosario por considerarlo una forma de rezar sin sentido, ahora lo veo todo distinto.
En la tarde del jueves santo, vivimos otra experiencia primera, como es la llamada “Cena del Señor”. La Catedral estaba llena, y nos sentamos cerca del altar. El acto tuvo toda la solemnidad, con los cantos de la coral de Santa María de la Victoria y el acompañamiento del órgano. Mientras oía la música, miraba al altar y veía al Obispo y a los presbíteros, al menos una docena, y me daba cuenta de lo importante que es la liturgia dentro de la Iglesia. Fue una experiencia muy bonita. Al final de la misa comulgamos y el obispo llevó bajo palio una urna con el Cuerpo del Señor para colocarla en otro lugar de la catedral, a su paso algunas personas se arrodillaban ante el Señor, lo llaman monumento, y lo hacen además en otras iglesias. Mas tarde fuimos a visitar otros “monumentos”, especialmente llamativo el de las hermanas de la cruz, el cual era una representación de lo mas exacta del cenáculo donde Jesucristo realizó la última cena con sus apóstoles.
El viernes santo en la mañana volvimos a la Catedral para oír el sermón de las “Siete Palabras”. También era para nosotros una experiencia primera. Salía un sacerdote y predicaba acerca de una de las últimas palabras dichas por el Señor en la cruz, y luego exponía una reflexión, así hasta siete. El acto duró unas dos horas. Después quitaron la imagen del crucificado que presidía el altar, y fue también un acto emotivo, ya que al ser viernes santo, pues se siente el momento como muy real.
El sábado, la Vigilia Pascual.

jueves, 18 de agosto de 2016

5. SEMANA SANTA 2005


La semana santa la volvimos a vivir después de varios años apartados. Fue una gran experiencia para nosotros. Quiero destacar lo bonito que fue para mí la visita a los monumentos de las parroquias, especialmente el de las Hermanas de La Cruz. Escribí también esta poesía:

SEMANA SANTA
Me han dicho que en Jerusalén hay mucho revuelo,
Que han detenido a Jesús Nazareno
Que lo apresaron en un huerto
Donde horas antes se escucharon lamentos.

¿Qué ha hecho? ¿Cuál es el delito?
¿Sanar a los ciegos y dar vida a los muertos?
Me han dicho que en Jerusalén hay mucho revuelo,
Que ya se han llevado a Jesús Nazareno.
Y un hombre se lavó las manos de sangre inocente
Ante los gritos de la gente.
¿Qué ha hecho? ¿Cuál es el delito?
¿Predicar la verdad? ¿Hacer el bien a los demás?
Me han dicho que en Jerusalén hay mucho revuelo,
Que sentencian a muerte a Jesús Nazareno.
Que lo tratan como a un malhechor y le golpean
Ante la indiferencia de algunos, y el llanto de otros.

Las calles están repletas de gente
Unos miran tristes, otros sonrientes.
Me han dicho que en Jerusalén hay mucho revuelo,
Que ya carga con su cruz, Jesús Nazareno.
Avanza entre las gentes,
Unos lloran, otros ríen alegres,
Unos sufren dolientes, otros indiferentes,
Unos sienten la muerte, otros se burlan inhumanamente.
Me han dicho que en Jerusalén hay mucho revuelo,
Que ya crucificaron a Jesús Nazareno,
Que no dijo nada, sólo pidió perdón por ellos
sin demasiado lamento.
Me han dicho que en Jerusalén hay mucho revuelo,
Que ya expiró Jesús Nazareno.
Muerto, si, pero no por siempre, al tercer día resucitará de entre los muertos.

miércoles, 17 de agosto de 2016

martes, 16 de agosto de 2016

3. NECESIDAD EUCARÍSTICA


Desde el principio he comenzado a asistir a la Eucaristía varias veces en semana. Era una necesidad espiritual especial la que necesitaba alimentar, y encontré en mis visitas a las parroquias, este alimento necesario para el alma, como es el pan vivo bajado del cielo, y la Palabra de Dios y las oraciones. He visitado especialmente parroquias como la de Ntra. Sra. del Carmen, San Pedro, San Francisco Javier y Sto. Domingo, y en cada una de ellas he encontrado algo bueno y diferente.